De debajo del volcán

Kristine Sk, Ucrania

I Adoro la música, canto incluso cuando no sé todas las palabras, canto incluso cuando hago ejercicio diario y se convierte en un baile. Me encanta bailar, la música parece recoger mi cuerpo y hacer con él movimientos rítmicos, que se convierten en un baile... Y aquí estoy en el escenario, donde canto, bailo y trato de concentrarme en mi creatividad. Después de todo, quiero hacer lo que amo. No puedo vivir sin amor. Necesito dar mi amor, ternura, cuidado y necesito retribuir para no sentirme vacío. Qué suerte tener mascotas para poder darle mi amor y obtener a cambio su ronroneo diario... Uso máscaras, no porque quiera ocultar mi apariencia, sino porque con una máscara me expreso. Mi máscara, es mi maquillaje, es mi creatividad y sí, es parte de mi misterio. Después de todo, soy bastante misterioso en la vida y, además, soy muy diferente, por lo que mis máscaras me ayudan a expresar diferentes lados de mi carácter, así como mi arte. Diferentes estilos, diferentes tonos, diferentes perspectivas, diferentes yoes. Transmito mi estado de ánimo, mis pensamientos, mis preguntas sobre el lienzo y elijo colores según el estado emocional en el que me encuentro. No controlo el proceso de creación de una pintura. Normalmente no hago bocetos, no pienso en cada paso. Cada etapa de la creación de una pintura se abre en mi mente durante o después de la finalización de la etapa anterior. Entonces, primero elijo el esquema de color, y así paso a paso, paso como en trance, entendiendo completamente el resultado final, paso a paso hasta completar la imagen. Mi arte es mi emoción. Con la abstracción y una gama de colores, expreso mis sentimientos, tanto oscuros como tristes, claros o brillantes. Así veo mi mundo, no está lleno de formas realistas ni concretas, sino al contrario, está en líneas plásticas o trazos bruscos. La oportunidad de ser tú mismo encarnando tu opinión, tu idea, tu pregunta, tu sentimiento de forma real. Mi arte es un estado de ánimo. Mi arte soy yo.