Incluso cuando era niño soñaba que el mundo entero vería mis dibujos, ahora que tengo 27 años también sueño con eso. Crecí en un pequeño pueblo donde no había escuela de arte, es más, ni siquiera había una escuela normal, tenía que ir en autobús a 13 kilómetros de distancia. Pero el hecho de no tener de quién aprender no me detuvo, porque aprendí de mí mismo, de mis errores y utilizando el método de los intentos y fracasos.
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