Iulian Brescanu trabaja a través de la música, la poesía, la pintura y el video. Sin embargo, rechaza la práctica multidisciplinar tan popular hoy en día, porque duda de su sinceridad. Las instalaciones resultantes, complejas y confusas, están destinadas, en su opinión, solo a impresionar al espectador, ocultando muy a menudo la falta de significado. la esencia del verdadero arte es, según él, no abrumar a las personas con efectos especiales, sino despertar en ellas sentimientos sutiles que permitan una comunicación más cercana con lo espiritual.