Guardián atemporal: Búho de bronce

Iam Sumassoh, Canadá

Mi arte posee un lado salvaje caracterizado por una inmensa versatilidad. Profundicé en el arte de estilo escultórico a una edad temprana, alrededor de los 5 a 7 años, influenciado por mi padre, un hábil carpintero/artista competente en la redacción de planos, y mi abuelo, un consumado empresario e inventor con patentes a su nombre. Ambos invirtieron mucho tiempo en convertirme en el artista que soy hoy. A los 16 años, había adquirido competencia en varios oficios, aprovechando mi destreza natural para sobresalir en la soldadura. El dominio en la fusión y el desarrollo de patrones de este oficio impulsó aún más mis actividades artísticas. Sin embargo, mis años veinte y treinta quedaron algo oscurecidos por un defecto de nacimiento que se manifestó a los 21 años y me provocó una parálisis temporal. Afortunadamente, después de soportar tres días de dolor insoportable, mis piernas recuperaron su funcionalidad. Posteriormente, me recetaron una sustancia potente que desencadenó una espiral descendente de sufrimiento que culminó con una sentencia de prisión federal debido a actividades criminales impulsadas por la adicción. Este período oscuro estuvo marcado por una búsqueda decidida de opioides, que eclipsó la importancia de mi familia. Reflexionando sobre mi vida, reconozco que cada decisión y camino me ha llevado a un punto en el que no cambiaría nada, excepto tal vez abrazar antes mis inclinaciones artísticas.