Año de creación | 2018 |
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Dimensiones | 56.2 A × 61.6 Al × 3 P cm |
Tipos de arte | pintura |
Estilo | realismo |
Género | naturaleza muerta |
Materiales | óleo, madera |
Método de embalaje | embalaje de cartón |
En este cuadro, la simplicidad y el simbolismo se entrelazan a través de dos elementos centrales: un antiguo teléfono y una planta de cardo. Ambos objetos, desprovistos de vida activa, nos hablan del paso del tiempo. El teléfono, símbolo de comunicación, ahora silencioso, contrasta con el cardo seco, que una vez tuvo vida. Ubicados en una estantería del estudio del artista, estos elementos se convierten en metáforas de la memoria y el abandono. La obra, construida pacientemente con múltiples capas, refleja un proceso de creación que es tan meticuloso como el deterioro que retrata, evocando una reflexión sobre lo efímero y lo permanente.
Juan Manuel Álvarez Cebrián. Madrid. Vive y trabaja en las afueras de Madrid.