Año de creación | 2024 |
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Dimensiones | 40 A × 30 Al × 2 P cm |
Tipos de arte | pintura |
Estilo | realismo |
Género | naturaleza muerta |
Materiales | óleo, tejido |
Método de embalaje | embalaje de cartón |
Esta pintura fue realizada en la técnica del realismo. El artista representó una naturaleza muerta en la que hay un gato en el alféizar de la ventana, rodeado de frutas y verduras frescas. La obra fue finalizada en 2024, reflejando el brillo y riqueza de la paleta de colores característica de este año. El cuadro está firmado por el artista y tiene certificado de autenticidad.
Soy Sergey Valentinovich Berezin, un alma entrelazada con el vibrante lienzo de la vida desde 1959, que reside en medio de los serenos paisajes de Stryi, Ucrania. Artesano del autodescubrimiento, emergí como autodidacta en el ámbito del arte. Al mismo tiempo, profundicé en la alquimia de compuestos inorgánicos y obtuve un diploma del Politécnico de Lviv. Esta fusión de fervor artístico y perspicacia científica dio origen a mis pinturas de diseñador personalizadas, una sinfonía de tonos sin igual en su singularidad. La génesis de mi viaje artístico se remonta a los suaves trazos de la mano de mi madre, una experta maestra de su tiempo. Mi obra trasciende los límites del arte convencional, dando origen a un paradigma estilístico exclusivamente mío. Los conocedores más exigentes identifican fácilmente la firma inconfundible de mi oficio en cada trazo y tono. Dentro de mi paleta, la antigüedad converge con la modernidad mientras adorno mis lienzos con veladuras talladas a partir de los restos de mi legado familiar. Los pigmentos de épocas pasadas, reliquias del siglo XIX, impregnan mis creaciones de un encanto fascinante, similar a la danza etérea de las acuarelas. Mis creaciones atraviesan continentes, abrazadas por patrocinadores de todo el mundo. Al embarcarme en un viaje caleidoscópico a través de exposiciones regionales, mi odisea artística alcanzó su cenit en el escenario internacional. En 2003, en los salones sagrados de Europa, recibí el prestigioso primer premio en la exposición "Madre e hijo", testimonio de la benevolente simbiosis entre arte y filantropía. El corazón de la capital de Ucrania, Kiev, fue testigo de mis innumerables exposiciones, cada una de las cuales era un himno a la conciencia colectiva de nuestra era. Hoy me encuentro en la encrucijada de la tradición y la innovación, buscando perpetuamente la vanguardia en el tapiz del arte moderno. Con cada pincelada, me esfuerzo por iluminar el tapiz existencial de la humanidad, llamando a los espectadores a la introspección y la iluminación. Extiendo mi más profundo agradecimiento por su inquebrantable patrocinio y que su viaje a través de mi galería sea un tapiz de alegría e iluminación. ¡Feliz lectura! 🎨