Año de creación | 1997 |
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Dimensiones | 43.1 A × 68.2 Al × 2.5 P cm |
Tipos de arte | pintura |
Estilo | fotorrealismo |
Género | retrato |
Materiales | óleo, madera |
Método de embalaje | embalaje de cartón |
En esta obra, el pintor captura la esencia de un hombre que parece surgir de la misma tierra que cultiva. El retrato nos muestra a un hombre de montaña, cuya vida ha sido moldeada por el trabajo en el campo y la comunión con la naturaleza. Su postura frontal y la vara en su mano simbolizan una conexión ancestral con su entorno. La mirada, serena y noble, transmite una profunda sabiduría acumulada a través de años de experiencia. La piel, curtida por el clima riguroso, refleja el esfuerzo y la dedicación al campo. La técnica empleada en este cuadro es particularmente notable. El uso de óleo sobre un laminado de tacón encolado a tabla, a través de veladuras sucesivas, requiere un proceso paciente y meticuloso. Cada capa de pintura transparente contribuye a la profundidad y riqueza del retrato, creando una textura que evoca la complejidad y el carácter del sujeto. Esta técnica minuciosa permite al espectador apreciar detalles que una aplicación opaca no lograría captar.
Juan Manuel Álvarez Cebrián. Madrid. Vive y trabaja en las afueras de Madrid.