ANTONIMIA EN LA VANIDAD

Natalya Pravda, Ucrania

Natalya Pravda nació en 1986 en Ucrania. En 2009 se graduó en la Academia Estatal de Construcción y Arquitectura de Pridneprovskaya. Después de graduarse de la academia, continuó su educación, perfeccionando sus habilidades en pintura y escultura. Anteriormente trabajó mucho con bajorrelieves y pintura monumental, pero después de un tiempo decidió dedicarse por completo a la pintura. Actualmente, Natalia vive y trabaja en Dnepr, Ucrania. Natalia es una artista que experimenta con diferentes técnicas y materiales de origen para crear sus obras. Sus imágenes van desde lo abstracto hasta lo figurativo; a menudo contienen referencias literales o indirectas. A pesar de todas las posibles similitudes, Natalia anima a una lectura más abierta de su obra, advirtiendo que: "Tenemos la capacidad de leer las cosas, de leer todo en lo que entendemos. La pureza del color y su interacción con el lienzo muestra la revelación silenciosa que intento transmitir en mis obras. Intento dejar que la pintura se cree a sí misma, crear las condiciones en las que crecerá, se convertirá en algo. No construyo la pintura ladrillo a ladrillo, como se haría una pared de ladrillos, sino que creo las condiciones y dejo que cualquier cosa suceda, y de repente sucede. Confío mucho en la naturaleza de los materiales que uso, así que a veces es realmente una exploración. Es como si entraras en un espacio en el que nunca habías estado antes y descubrieras cosas que no sabías que estaban allí. Es cada vez más interesante para mí. Siempre es el factor sorpresa, por lo que no puedes predecir cuándo juntarás este elemento y aquel elemento y la idea o el resultado final será lo suficientemente bueno. Ahí no hay recetas, y de nada sirve repetir lo mismo una y otra vez y pensar que dará el mismo resultado, porque hay mucha improvisación, pero esa improvisación se basa en la experiencia. No hay demasiado tiempo para pensar en ello, por lo que es mejor estar preparado para actuar cuando sea el momento adecuado. Pintar se trata de dejar huellas en algún lugar, así como nuestras vidas dejan huellas en el espacio o en las paredes o en el entorno en el que vivimos. Por eso trato de dejar huellas y entender el lienzo como un lugar donde inevitablemente estuvo, donde suceden las cosas, donde sucede la vida. Aunque siempre me baso en lo que he hecho hasta ahora y en mis experiencias, tengo que arriesgar todo lo que tengo. Pongo todo lo que tengo en el siguiente cuadro o en el siguiente lienzo. Y de repente puedes sentirte completamente vacío, sentir que no tienes absolutamente nada. Es como empezar de cero y da mucho miedo. Creo en la idea de profesionalismo en la pintura, que a algunos artistas no les gusta. E incluso si tienes talento para algo y sabes que va a ser algo que valdrá la pena existir por un tiempo, tienes que hacer lo mejor que puedas".