Piedras Verdes II. (díptico)

Este díptico se sumerge en la belleza tranquila de la orilla del mar, dividiendo la escena en dos paneles verticales que se complementan de manera armoniosa. Las piedras verdes emergen de la arena, como si intentaran alcanzar el agua en un gesto poético e inútil. La disposición de estas piedras crea una sensación de movimiento y dinamismo, a pesar de su aparente quietud. La paleta de colores fríos domina esta obra, con tonalidades verde azuladas que capturan la esencia fresca y serena del entorno costero. La luz juega un papel crucial, resaltando los contornos de las piedras y añadiendo matices cálidos en las áreas iluminadas, creando así un equilibrio entre la frialdad del entorno y la calidez de la luz solar. El mar se presenta en calma, con el agua deslizándose lentamente hacia la arena. Esta representación transmite una sensación de paz y relajación.