Año de creación | 2022 |
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Dimensiones | 68 A × 163 Al × 0.2 P cm |
Tipos de arte | pintura |
Estilo | arte figurativo |
Género | animalista |
Materiales | técnica mixta, pergamino |
Método de embalaje | tubo |
El armadillo, una de las especies originarias más antiguas del continente americano, aparece con una máscara como alegoría de vida y montado sobre un caballo rosa, simbolizando la esperanza de que salga de la lista de especies en peligro de extinción. El color rosa y las flores en el caballo simbolizan la ilusión de que consigamos restablecer nuestro contacto con la naturaleza.
La preocupación por la naturaleza y el espacio que habitamos ha sido una constante a nivel personal y como tal ha quedado reflejada en muchas de mis obras a lo largo del tiempo. Actualmente estoy centrando mi trabajo en la mujer; la mujer como símbolo de fuerza y tenacidad y también como guardiana y conocedora de los ciclos de la naturaleza y la estoy pintando junto a elementos florales y animales que la muestran conviviendo con la naturaleza. Esto, por un lado, lo utilizo para llamar la atención sobre el hecho de que cada vez hay menos naturaleza con la que interactuar y por otro como un recordatorio de que tenemos que escuchar al resto de los seres en la naturaleza, porque no somos independientes de ella y no podemos sustentarnos fuera de ella, necesitamos entender que somos uno y lo mismo y es lo que pretendo transmitir con mi obra, que la gente se pare un poco a pensar en cómo estamos acabando con el hábitat de las guacamayas o como estamos llevando nuestra alimentación hacia el absurdo, por ejemplo. Me gusta también utilizar elementos cotidianos para formar y armar la obra como una alegoría, guiando al observador hacia el interior del cuadro, para que desde ahí él mismo pueda descubrir su interpretación o pueda entablar una conversación con la obra.