Año de creación | 2005 |
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Dimensiones | 70 A × 100 Al × 1 P cm |
Tipos de arte | fotografía |
Género | paisaje |
Para mí, cada árbol, como un ser humano, tiene una historia que contar. Cuando un árbol muere, toda una historia se interrumpe, un destino se altera para peor. Siento como si los árboles, amontonados en la parte trasera de los camiones, nos estuvieran maldiciendo con sus manos rotas, rostros heridos y raíces cortadas. Tal vez así seamos llevados a la perdición, despojados poco a poco de nuestra humanidad, cuando el “abundante follaje humedecido con el rocío” del hombre se reduzca a ceniza y humo.
Ali Shokri nació en Tabriz en el verano de 1982. El quinto niño en un medio familia iraní de clase. Recuerda de su difunto padre que desde temprana edad, él era diferente a todos sus otros hermanos, fascinación por la naturaleza y las criaturas eran evidentes en él desde la infancia. Esta fascinación se manifestaría más cada verano cuando la familia se quedara en la casa de verano que la familia poseía en la parte rural de la ciudad en las laderas de las montañas del Monte Garadagh. Me he iniciado en la fotografía profesionalmente desde 2004.