Año de creación | 2020 |
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Dimensiones | 50 A × 79 Al × 2.2 P cm |
Tipos de arte | gráfico |
Estilo | abstraccionismo |
Género | mitológico |
Materiales | técnica mixta, papel |
Enmarcado | la obra de arte se vende con marco |
Método de embalaje | embalaje de cartón |
Una referencia a la cultura china. Viví allí en encarnaciones pasadas. La foto principal de la obra se presenta sin decoración para que se pueda apreciar la calidad de elaboración. La segunda foto lo muestra junto con el diseño. Mira más de cerca sin prisas y verás la posibilidad de un viaje metafórico hacia tu propio inconsciente, donde encontrarás tus significados, tendrás una conversación de corazón a corazón contigo mismo.
Nací y vivo en el sur de Rusia, en una acogedora ciudad verde. Paso mucho tiempo en la naturaleza. Cuando era niño, en el jardín de mis padres, en los picnics en el campo, observaba sus milagros: el crecimiento de una planta entera a partir de una semilla, sus cambios, veía un caracol salir de su caparazón y estirar sus antenas con los ojos, mirar A mí, acariciar a todos los perros y gatos, me quedé asombrado, contemplando la vida en el planeta. Como todos los niños, lo dibujé. La profesora de música me recomendó enviarme a una escuela de arte. Pinté todos los cuadernos. Todos los cuadernos escolares también. Mientras estudiaba en la Facultad de Arte, me inspiré en cómo la naturaleza recupera el territorio que el hombre había desarrollado. Pinté los esqueletos de casas cubiertas de hiedra y pinté apresuradamente cercas cubiertas de musgo. Encontré belleza en ellos por el sentimiento interior de que yo era como un lugar abandonado por el hombre, abandonado por mí y mi familia. Pasé momentos difíciles en la familia de mis padres. Después de entrar en contacto con el conocimiento espiritual en 2013 y sorprenderme con lo nuevo, comencé a dibujar abstracciones para expresar mis estados mentales, que salían a toda velocidad. Al principio los dibujos eran sombríos. Fueron arteterapia para mí. Es como ventilar rincones interiores donde antes no llegaba la luz. Cuando penetró suficiente luz, los dibujos cambiaron. Comenzaron a deleitarse con su belleza y abundante contenido. Las líneas sobre ellos se entrelazan como plantas trepadoras, como arroyos sobre el asfalto. Todo en nuestro mundo está tan entrelazado que no hay nada separado, aunque a veces lo parezca. Mis cuadros se pueden llamar cuadros de viajes, cuadros metafóricos. Al mantener la mirada fija en la imagen, tienes la oportunidad de tener una conversación sincera contigo mismo. Contemplándolos, podrás meditar y observar tus estados. Me inspira el vuelo de los pájaros, las grietas del suelo, los chorros de lluvia en el camino, las ramas entrelazadas, los hilos, las conversaciones profundas y cálidas.