Año de creación | 2019 |
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Dimensiones | 42 A × 100 Al × 47 P cm |
Tipos de arte | escultura |
Estilo | vanguardismo |
Género | oficial |
Materiales | Material precioso |
Makha El material del que está hecho este elegante taburete de bar ha transportado al artista a la época mística de la deidad pagana femenina: Makha. La silla evoca la mística belleza femenina. Da la impresión de un apego profundamente arraigado al propio hogar (la deidad femenina Makha simboliza el culto a la Madre Tierra). Escultura funcional única tallada en una sola pieza de madera en forma de silla de bar. Esta magnífica silla está tallada por artistas con herramientas eléctricas básicas para tallar madera. Cada silla se hace tan única como puede ser, con dedicación a cada detalle. Decorar su interior con una obra maestra tan única resaltará el valor de su hogar. La silla está tallada con el flujo de inspiración que llega al artista en el momento, lo que hace que cada una sea única. Nuestra mayor inspiración es la propia naturaleza que nos guía a través de nuestras creaciones. No cortamos para nuestro material, buscamos troncos de árboles caídos en nuestro bosque local y le otorgamos nueva vida eterna. - La silla es solo para uso interior - Protegido con aceite natural - Relleno de grietas con epoxi para una mejor expresión y funcionalidad
Hemos dedicado toda nuestra vida a la naturaleza con la que hemos crecido y madurado, de la que hemos aprendido y la hemos conservado. A veces puede ser cruel, pero incluso en ese sentido, nos impresiona y nos deja sin aliento. Nos inspira en todos los aspectos, por lo que hemos aceptado el desafío de encontrar una nueva expresión artística. Nuestros muebles únicos son al mismo tiempo piezas de arte funcionales. Son parte de nuestra alma, parte de la naturaleza primigenia hecha enteramente de una sola pieza de madera, y no una cualquiera, sino una especial, crecida resistiendo la fuerza brutal del agua, el viento y la dureza del sol. , pieza con la que nos topamos durante nuestro paseo por el bosque. No cortamos, no destruimos, sino que buscamos las ramas de los árboles derribados por feroces tormentas de viento o madera flotante del arroyo local. Pero, en ese momento de descubrimiento, todo lo que se necesita es una pequeña chispa en el ojo del artista y, en su visión, la pieza se convierte en lo que siempre tuvo que ser. Es como si el artista le hablara a la madera o mejor aún, le hiciera el amor porque sin esa relación no existirían estas piezas únicas, estas obras de arte.