Artista Riccardo Capparella

Riccardo Capparella

Artista, Italia

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Acerca del Artista Riccardo Capparella

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Riccardo Capparella, alias Ticco, nació en Roma en 1983. Comenzó a dibujar y pintar desde niño gracias a las herramientas de pintor de su padre. Inicialmente, utilizó tinta sobre papel y realizó obras estrictamente en blanco y negro, técnica que lo fascinó durante más de diez años. Cambió a obras más grandes y experimentó diferentes técnicas y soportes, favoreciendo los acrílicos sobre lienzo. Su investigación se centra en el estudio de la forma en relación con la aleatoriedad y el inconsciente. Los artistas y el movimiento cultural y estético que lo han inspirado forman parte de una época, la del Art Nouveau, que ha influido en todas las artes gráficas, publicitarias y visuales. Este joven artista se inspira principalmente en la parte filosófica y experimental del Art Nouveau, en lugar de la estética decadente. Es el uso de algunas formas específicas lo que lo sacude e inspira. El proceso creativo de Riccardo investiga los profundos contrastes entre luces, sombras, oscuridad y colores saturados, colocando cada obra en una dimensión casi esotérica. Nunca se realiza un proyecto o un boceto de la obra, sino que mediante un acercamiento a la teoría de los tonos binaurales, el artista se transporta por el paso de las frecuencias Beta a las frecuencias Gamma y Alfa. De este estado inducido por la música surge la forma. Los resultantes suelen estar cerca de las figuras creadas por cymatics. La de Riccardo Capparella es una morfogénesis en la que las frecuencias sonoras generan una etapa de conciencia que conduce a una vibración del cuerpo humano como un instrumento vibratorio más, que se convierte en medio y, sin embargo, con su esencia cambia inconscientemente la estructura misma de la forma. Las geometrías y los grafismos creados no son sólo el resultado de la cimática, sino que entre la fuerza generada y el objeto sobre el que se crea la forma hay un vehículo humano, en un estado de conciencia guiado por las vibraciones sonoras y las frecuencias de elaboración del cerebro. En este caso, la pintura se convierte en un gesto sinestésico capaz de crear un espacio -un mundo sonoro como lo destaca una serie de pinturas de Riccardo titulada "Este es el planeta del sonido"- donde incluso el concepto de "error" se expande hasta desaparecer, volviendo a una visión científica, donde el error no es más que evolución. Las relaciones sinestésicas entre forma y color de las que hablaba Kandinski se encuentran sobre todo en algunas de las obras: el amarillo y el triángulo, el rojo y el cuadrado, el azul y el círculo. En sus pinturas la nitidez del blanco y negro y la precisión de las formas geométricas viven un perfecto caos, volviéndose fluidas en convivencia con los colores, en un perfecto encuentro de los elementos.

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